Gemidos del mundo

Rodea, se cierne, domina...
Arropa la oscuridad, parece entronizarse
Horroriza su asiento temporáneo
Olvidamos nuestros nombres por ser contados
Se dan a los vientos tragedia y penares.

Y duele.

La ceguera es la vista predilecta
Y el silencio el arma ya dispuesta
Y siguen cayendo enfrente mío, y un poco más allá,
Mis hermanos que no buscaron perder el sol;
Ya no hay más luz para ellos.

Mundo, cuánto dueles.

Confusión. ¿Cuál es la palabra importante?
¿Cuál es el pulso que persiste?
¿Qué palpitar nos sobrevive?
Entre clamores que se nos escurren de las manos y las pisadas,
Me desvelo si es necesario
Desvelo mi voz, aunque decaiga,
En honor de los míos.

Ya truenan las lágrimas de sangre al caer
Lágrimas. Desgarran calles y el ser.

En medio del crudo ventisco, el paso vivo es irrefrenable
Tu yugo se proyecta más ligero y avanzas
Recitas tu verso enhiesto, eterno, libre, hasta ahora invisible
Y por tu divino destino, humano, imbatible, sanarás...


¿Ataque? ¿Defensa? ¿Vida? ¿Muerte?
¿Cuál es la clave que adorna los males?


Escrito en mayo 22, 2022

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